A muchos mexicanos que en la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI lucharon por los derechos e intereses del pueblo, y por un país libre, justo y soberano, no les tocó ver el primero de julio de 2018 el triunfo electoral de las fuerzas progresistas y de izquierda, encabezadas por Andrés Manuel López Obrador. Tal fue el caso del maestro Alonso Aguilar Monteverde quien, seguramente, se habría entusiasmado con la victoria y expresado su solidaridad con la puesta en práctica del programa popular, contrario al régimen neoliberal, implantado en México por las fuerzas conservadoras durante los últimos treinta y seis años. Sin embargo, también habría comenzado a analizar el alcance, la orientación de los cambios y la importancia de de que estas fuerzas lograran el triunfo en el año 2024, se profundizara el programa transformador y se fortalecieran la organización, la unidad y la movilización de las fuerzas populares.

Alonso Aguilar Monteverde (1922-2012), fue un pensador revolucionario honesto y consecuente. Desde joven se vinculó a la lucha por la defensa de los intereses de la nación y del pueblo mexicano; a la solidaridad con los movimientos anticolonialistas y al rechazo al intervencionismo político y militar de los gobiernos estadunidenses en los países latinoamericanos; al apoyo de siempre a la revolución cubana; a la lucha contra las dictaduras militares; y a la necesidad de comprender la importancia de la integración política, económica y social de los países de Nuestra América. Fue también partidario de un socialismo en el que los trabajadores tuvieran el poder y se asegurara una sociedad sin explotación, sin depredación de la naturaleza y con una vida digna y democrática para todos.

Investigador incansable de los procesos históricos sobre todo de México y América Latina, y estudioso del marxismo, en su obra escrita y en la impartición de conferencias y cursos analizó y debatió sobre temas diversos: el desarrollo del capitalismo, el imperialismo y la globalización; el capitalismo del subdesarrollo, la dependencia estructural y la clase dominante-dominada; la crisis, el capitalismo de Estado y el capitalismo monopolista de Estado; el Estado, la burguesía, la oligarquía y la burocracia; las políticas desarrollista, neodesarrollista y neoliberal; la explotación de los trabajadores, la dilapidación del excedente económico, la financiarización, la acumulación de capital, la desigualdad y las causas de la concentración de la riqueza y de la pobreza; la lucha de clases, las soberanías nacional y popular, la independencia económica, la democracia y la integración latinoamericana; el programa, la organización, la unidad de las fuerzas progresistas y de izquierda, la transformación revolucionaria y el socialismo; la crisis del socialismo en los países de Europa del este; y la necesidad de un nuevo orden social libre y justo, en el que predomine la paz y se termine con la explotación del hombre por el hombre y la explotación irracional de la naturaleza.

Junto con otros compañeros fue también un promotor y participante en diferentes esfuerzos políticos independientes: el Movimiento Mexicano por la Paz; la revista “Índice”; el Círculo de Estudios Mexicanos; la revista “Guión”; la Conferencia por la Soberanía Nacional, la Emancipación Económica y la Paz, encabezada por el general Lázaro Cárdenas; el Movimiento de Liberación Nacional (MLN); la revista “Política”; la “Editorial Nuestro Tiempo”; la revista “Problemas del Desarrollo”; la revista “Estrategia”; el Movimiento Del Pueblo Mexicano (MPM) y, su publicación “En Marcha”; la Asociación por la Unidad de Nuestra América (AUNA México) y la revista “Unidad Regional, Imágenes de Nuestra América”; el Centro Mexicano de Estudios Sociales; y la revista “Pueblo Unido”.

Todos estos esfuerzos estuvieron comprometidos con la defensa de los intereses de la nación y del pueblo; la oposición a las intervenciones militares golpistas promovidas por el gobierno de Estados Unidos en diversas partes del mundo y, en particular, en América Latina; el apoyo a las luchas de liberación nacional, la lucha contra las dictaduras militares y la solidaridad con la revolución cubana, y los procesos democráticos de América central y del sur.

En México, el apoyo permanente a los movimientos populares, la oposición a las soluciones represivas, la lucha por la libertad de los presos políticos y la crítica a las políticas desarrollistas y neoliberales. Asimismo, en los años 1988, 1994 y 2000 apoyó activamente las campañas electorales de Cuauhtémoc Cárdenas a la presidencia de la república; fue solidario con los pueblos indígenas y, en particular, con el levantamiento zapatista y su movimiento, y con las campañas de Andrés Manuel López Obrador en 2000 y 2006.

En sus estudios está presente el análisis, el debate y la crítica a las posiciones oportunistas, al sectarismo y al radicalismo verbal; y, cuando las interpretaciones elaboradas no reflejan debidamente la realidad, aparece la autocrítica y la rectificación de las ideas.

De sus trabajos sobre la dialéctica histórica, las situaciones coyunturales y la necesidad de una transformación socioeconómica en beneficio de las clases populares, destacan algunas ideas referentes a la crisis, las soberanías nacional y popular, el desperdicio del ahorro potencial, el intervencionismo imperialista, y la necesidad de un nuevo orden social para la humanidad.

"Para comprender la naturaleza de la actual crisis es preciso, además, entender que ya no sólo es económica sino también política, ideológica y cultural, o sea realmente estructural y que el hecho más profundo que subyace a ella no es la política neoliberal ni la globalización per se, sino el capitalismo y el imperialismo, un capitalismo y un imperialismo que han sufrido importantes cambios, entre los que probablemente destaca el hecho de que el capital y sus contradicciones se han internacionalizado como nunca antes, hasta el punto de que el capital, sus leyes y su afán de lucro alcanzan una dimensión verdaderamente mundial."   1 (2007)

"Cuando se habla de soberanía debiera distinguirse lo que es la soberanía del Estado, de lo que es la soberanía de la nación y del pueblo. Un Estado fuerte es soberano, en tanto hace valer sus principales decisiones; pero en la medida en que se vincula estrechamente sobre todo a una y privilegiada minoría que no representa a la nación, en realidad no afirma ni fortalece la soberanía nacional. Y la soberanía del pueblo, si bien puede ser fortalecida por un gobierno democrático-popular, depende realmente de la capacidad del pueblo para organizarse, unirse y luchar"

"Sin soberanía del pueblo, la soberanía nacional no es viable. O en otras palabras, la condición para que un pueblo sea soberano es que el pueblo ejerza ese poder."   2 (2007)

"La independencia fue en los últimos siglos, en mayor o menor medida, la condición del desarrollo de los mayores países industriales...la lucha por la independencia nacional está presente y es uno de los rasgos fundamentales de la historia moderna de México. La proyección de esta lucha no es solamente externa sino también interna, y a ello obedece que la soberanía nacional y la soberanía popular, esto es la independencia y la democracia sean indivisibles...Sin desarrollo, se expresa a menudo, no es posible la independencia. Y sin ésta el único desarrollo viable es uno endeble, desigual, dependiente y sujeto a profundas deformaciones estructurales."   3 (1993)

“...aun con el bajo nivel de producción, inversión e ingreso con que contamos, nuestro ahorro potencial es mucho más alto que el real, lo que quiere decir que desperdiciamos buena parte de nuestra capacidad para ahorrar. ¿Cómo? De múltiples maneras. Por ejemplo, a través de la fuga de capital a otros países, del oneroso servicio de la deuda externa, de la dilapidación de parte del excedente, el no aprovechamiento adecuado de la capacidad de producción, del gasto improductivo que entraña una pesada, ineficiente y costosa burocracia, de las facilidades que suelen darse a la inversión financiera improductiva y aún especulativa, y de la corrupción en los más diversos ámbitos.”   4 (1993)

“Como se ha visto dramáticamente en Santo Domingo, y antes en Brasil, en Cuba y Guatemala vivimos en la triste condición de que, por encima de lo que nuestras constituciones nacionales dispongan, si el tipo de gobierno o de organización social que un pueblo decide darse en ejercicio de su soberanía afecta intereses norteamericanos o es inaceptable para las minorías privilegiadas de nacionales, o se desata una intervención unilateral violenta de Estados Unidos o salta algún canciller o general latinoamericano dispuesto a traicionar a su pueblo y solicita urgentemente que el panamericanismo entre en acción en defensa de lo indefendible.”   5 (1965)

“Sin menospreciar lo que hagamos desde ahora en un dinámico capitalismo cada vez más universal pero también más desigual, injusto y polarizador, y aun admitiendo que acaso podamos hacer más que en épocas previas, convencido que aquí no termina la historia y de que los tropiezos y derrotas sufridos en las luchas revolucionarias no significan que el socialismo y una mejor sociedad sean sólo una utopía o un ideal inalcanzable, termino reafirmando la convicción de que mientras haya vida habrá historia, y mientras haya historia habrá la posibilidad de cambio y de progreso. A diferencia de quienes creen que la globalización nos deja sin alternativas, ...pienso que está a nuestro alcance hacer del siglo XXI el mejor que hasta aquí conocimos, y que con el nombre de socialismo, o quizás algún otro, la humanidad será capaz de construir un nuevo orden social que asegure una vida libre y digna para todos.”   6 (2002)

Notas

  1. Aguilar Monteverde Alonso. “Globalización, desigualdad, dependencia y nuevas formas de organización y lucha.” En el “Saldo de la globalización en América Latina.” Pág. 105. Grupo Editorial Cenzontle. México, 2007.
  2. Aguilar Monteverde Alonso. “Globalización, desigualdad, dependencia y nuevas formas de organización y lucha.” En el “Saldo de la globalización en América Latina.” Págs. 111 y 133. Grupo Editorial Cenzontle. México 2007.
  3. Aguilar Monteverde Alonso. “Economía y política mexicanas.” En “Estrategia. Revista de Análisis Político.” Número 114. Pág. 12. México 1993.
  4. Aguilar Monteverde Alonso. “Hacia una propuesta democrática de alcance nacional.” En “Estrategia. Revista de Análisis Político.” Número 112. Págs. 16 y 17. México 1993.
  5. Aguilar Monteverde Alonso. “El Panamericanismo. De la doctrina Monroe a la doctrina Johnson.” Págs. 14-15. Cuadernos Americanos. México 1965.
  6. Aguilar Monteverde Alonso. “Globalización y capitalismo. Pág. 434. Plaza y Janés. México 2002.